Cuando está limpia la piscina es necesario equilibrar el agua. Esto significa regular la alcalinidad, el pH y la dureza del calcio para que estén en el punto necesario para proteger las tuberías y superficies de ataques por ácido y corrosiones.
El Ph es una medida de la acidez del agua de la piscina. Interesa mantener el nivel de pH entre 7,2 Y 7,6.
La dureza del calcio es recomendable medirla al principio y al final del verano y se tendría que mover entre los límites de 200 a 250 ppm (partículas por millón).
Es conveniente realizar un mantenimiento semanal de la piscina para mantener el agua en óptimas condiciones. Dicho mantenimiento consistiría en:
– Analizar el pH del agua y ajustarlo a los niveles deseados entre 7,2 y 7,6.
– También habrá que comprobar el nivel de desinfectante para mantenerlo en los niveles correctos.
– Añadir una dosis de antialgas al principio de cada temporada y cada 15 días de forma periódica.
– Limpiar el agua de impurezas.
– Limpiar los cestos de los skimmers y del prefiltro.
– Si el agua está turbia habrá que añadirle floculante para aglomerar las impurezas presentes en el agua y eliminarlas una vez se depositen en el fondo.
– Comprobar el grado de saturación del filtro