Aunque no la utilicemos, es muy importante llevar a cabo un mantenimiento de la piscina durante el invierno, para que en la época de calor esté a punto. Hace unos años, esta tarea implicaba tener que vaciar la instalación, una práctica costosa y poco ecológica, pero con el paso del tiempo han ido surgiendo nuevas opciones, como el proceso de hivernación, una alternativa más económica, sencilla y respetuosa con el medio ambiente que permite conservar el agua de un año para el otro. Estos son los 5 pasos a tener en cuenta en este proceso:
- Asegurarse de que los sistemas de filtrado están en perfecto estado para su uso. Una buena manera de prevenir su congelación es lavarlos a contracorriente.
- Con el filtro de la piscina funcionando, añadir el producto invernador en la dosis indicada. Repartidlo por toda la piscina y mantener el filtro en funcionamiento para asegurar una distribución homogénea en el agua.
- Para mantener el agua limpia se recomienda ajustar el pH del agua de la piscina entre 7,0 y 7,4 y aplicar una cloración de choque a la vez que se hace funcionar la depuradora varias veces por semana, evitando así también que se engarrote.
- En todas las piscinas, pero sobre todo en aquellas que tienen vegetación a su alrededor, también es conveniente aplicar un tratamiento desinfectante de alguicidas, para evitar la descomposición. Este tratamiento se hace dos veces a lo largo del invierno, la primera se suele hacer justo al terminar la temporada de uso de la piscina, y la segunda en el mes de febrero.
- Usar cobertores o lonas ayudará a mantener la piscina en buenas condiciones durante la época fría, ya que evitará que el agua se ensucie, así como reducirá las posibilidades de congelación y las posibles caídas o accidentes. Si no se cuenta con un cobertor para piscinas, deberemos recoger regularmente las hojas y demás residuos con el recogehojas y evitar así que se ensucie el agua y, a la vez, que se cuelen hacia los mecanismos de la bomba. También podría ser una solución dejar un flotador dentro de la piscina para tratar de evitar la congelación del agua, especialmente en zonas de climas más fríos.